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Segundo monitoreo a biohuertos de cuatro organizaciones sociales del Cusco

El monitoreo realizado a las huertas de 4 organizaciones sociales del Cusco muestra un incremento del 20% en el área cultivada y de un 50% de la producción de hortalizas.

El reto de llenar la canasta familiar se dificulta día a día para las familias de escasos recursos de la periferia urbana de Cusco. En este marco 54 familias pertenecientes a comedores populares, ollas comunes y vasos de leche de 10 barrios de 4 distritos de la ciudad de Cusco están apostando por incrementar su acceso a alimentos y han habilitado pequeños huertos en sus viviendas en ladera y, a pesar de disponer de escasa agua, hacen el esfuerzo para asegurar la producción de sus huertas familiares.

Este esfuerzo está siendo apoyado con fondos de cooperación en el marco de la ejecución del proyecto “Estrategias de seguridad alimentaria para mujeres y hombres ante la crisis alimenticia, con énfasis en familias en situación de abandono familiar y social producto de la COVID-19, en los barrios populares de Cusco (Perú), con la financiación del Ayuntamiento de Córdoba y la Fundación Social Universal.

Un primer monitoreo a la producción de las huertas familiares, realizado en el primer trimestre el año pasado, mostró como resultado huertas con su primera producción de lechugas, rabanito y en especial acelga, accediendo cada familia en promedio a 10 kg. de hortalizas producidas con el uso de abonos orgánicos, el máximo provecho de aguas residuales y asesoramiento desde el proyecto.

En esta etapa se promovió la colocación de almácigos de cebolla, coliflor, brócoli, nabo y en especial repollo, siendo en el segundo monitoreo recientemente realizado en febrero de 2024 a 4 organizaciones del distrito de Cusco (Qapaq Ñan, Cristo pobre, Lomas Ticatica 5 de Abril y vaso de leche Mosoq Wasi del distrito de Cusco), que se corroboró un incremento del 20% del área productiva, así como un incremento del 50% de la producción de hortalizas, debido principalmente al acceso al agua con el inicio de la época de lluvia. De las visitas realizadas se concluye el grado de satisfacción de estas familias, sobre todo de sus mujeres, como es el caso de Mariluz Huaman, del comedor popular Cristo Pobre, quien comentaba su huerto le motiva cada día “es mi lugar especial en casa y hasta mi hijita pequeña aprendió a cuidar y regar las plantas, estamos contentos, todos los días hay hortalizas, ya no necesito bajar diariamente al mercado y cada vez les gusta más comer ensaladas en casa.”

Cabe destacar que además de los almácigos las familias también sembraron papa y habas que están a punto de ser cosechadas. Desde el proyecto continuarán las asesorías y el acompañamiento a las 54 familias, que se están preparado para la siguiente siembra antes de la finalización de la época de lluvias.

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