Promoción de la Biodiversidad

La biodiversidad, o diversidad biológica, la podemos definir como el conjunto de todos los seres vivos del planeta, el ambiente en el que viven y la relación que guardan con otras especies. Por ello, la biodiversidad está compuesta por todos los animales, todas las plantas y todos los organismos, así como todos los ecosistemas, tanto terrestres como marinos, y todas las relaciones que establecen entre sí.

Como vemos, el planeta cuenta con una enorme riqueza biológica, con miles de especies que conviven con nosotros y de las que ni siquiera tenemos noticias de su existencia. Sin embargo, de manera paralela, el planeta está sometido a una gran cantidad de actividades de origen humano que degradan enormemente las comunidades y poblaciones de seres vivos, así como los ecosistemas en los que se desarrollan, rompiéndose los equilibrios biológicos que se han tardado miles de años en formar. Por esta razón se están extinguiendo actualmente una enorme cantidad de especies.

La destrucción de la biodiversidad en los ecosistemas es consecuencia de la destrucción de los hábitats naturales, la pérdida de la fertilidad y de la estructura del suelo, la fragmentación de hábitat, la degradación y contaminación de los hábitats naturales, el Cambio climático, la sobreexplotación de los ecosistemas naturales, la introducción de especies invasoras, y genera enfermedades tanto a las plantas, animales como a los seres humanos. Por todo lo expuesto anteriormente, tiene gran valor realizar proyectos que favorezcan la biodiversidad en el entorno que nos rodea.

A la hora de entender cómo se ha ido simplificando el paisaje podemos recurrir a fuentes o datos auxiliares. En los trabajos medioambientales es frecuente el uso de las poblaciones de aves como indicadores biológicos en relación al estado o la evolución de los ecosistemas, ya que son un grupo de animales fáciles de detectar y contabilizar. Es cierto que la simplificación del paisaje, a pesar de suponer una pérdida del hábitat de alimentación, refugio y cría de estas especies, no puede ser el único factor que explique la evolución de las tendencias poblacionales en aves; el uso masivo de sustancias químicas de síntesis artificial en la agricultura y el cambio climático también afectan.

Bajando a los datos, valgan como ejemplo, los resultados del Programa SACRE (Seguimiento de las Aves Comunes Reproductoras en España) de la Sociedad Española de Ornitología. Este programa lleva desarrollándose desde 1998, y en los datos disponibles hasta 2013, constata una caída media del 30% en las poblaciones de especies de aves ligadas a ambientes agrícolas mediterráneos. Es un dato simplemente radical, pero si nos centramos en especies otrora abundantes en nuestros campos, las cifras contundentes: la perdiz roja cayó hasta 2013 un 32,92%, en el mismo período, la tórtola europea un 29,96%, el mochuelo un 51,1% y el alcaudón real un 64,71%.

Proyecto Alzacola

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