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Forestación de 3000 plantas para la siembra y cosecha de agua

139 personas de dos comunidades de la Mancomunidad del Valle Sur de Cusco participaron el pasado 24 de enero en la forestación con 3000 plantas de q’ewña y en el mantenimiento de zanjas infiltración para favorecer la siembra y cosecha de agua.

La acción, contemplada en el proyecto de cooperación al desarrollo financiado por la Diputación de Córdoba a través de los ayuntamientos de Montilla, Montemayor, Moriles y Nueva Carteya, tiene como objetivos facilitar la infiltración de las aguas pluviales en el subsuelo mediante las zanjas de infiltración y la forestación que mejore la cobertura vegetal del suelo, evitar la erosión laminar de los suelos por la ausencia de cobertura vegetal y recuperar y poner en valor las tecnologías ancestrales de manejo del agua.

Las dos comunidades intervenidas con la asistencia técnica del Centro Guaman Poma de Ayala se sitúan a una altitud de 3700 msnm en las dos márgenes del río Huatanay, si bien las áreas de forestación se encuentran por encima de los 3950 msnm. Los suelos de estas montañas cuentan con icchu, pastos naturales y arbustos nativos, y tienen una excelente capacidad para almacenar agua en el subsuelo por el tipo de roca que lo configuran.

La precipitación pluvial en la zona andina es de 700 mm en promedio a una temperatura media de 12°C. La época de lluvias intensas se da entre diciembre a marzo, siendo en los meses de enero y febrero las épocas más aptas para la forestación.

Así, el pasado domingo 24 de enero, desde primera hora de una mañana soleada, se desarrolló la plantación de 3 mil plantas de q’ewña (Polilepis) en 3 hectáreas de suelos de ladera. Al mismo tiempo se hizo la construcción y el mantenimiento de zanjas de infiltración de aguas pluviales, movilizando a 139 personas de las comunidades indígenas de Cconchacalla y Chiñiccara, en los distritos de San Jerónimo y Oropesa, del Cusco.

La población ha asumido un fuerte compromiso por generar condiciones para la adaptación al calentamiento global a través de la construcción de infraestructura verde para la siembra y cosecha de agua. Su participación es voluntaria porque entiende la necesidad de pensar en las generaciones futuras a fin de que las personas que aún no han nacido también puedan disfrutar mañana del agua que consumimos hoy.

Destaca el buen nivel de organización para gestionar la actividad, divididos en grupos con sus respectivos líderes a la cabeza con el propósito de que la actividad sea eficiente. A cada equipo de trabajo se les hizo entrega de herramientas para incentivar este gran esfuerzo. El presidente de la comunidad campesina de Chiñiccara, Aurelio Huamán, recordaba que vienen trabajando desde hace años por tener agua en sus casas. Reconocía “el apoyo recibido de la Municipalidad de Oropesa, el Centro Guaman y las municipalidades cordobesas que nos están apoyando. No es tarde, es el momento de cambiar y trabajar por nuestros hijos.”

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