Primeros talleres sobre bioindicadores climáticos en escuelas de Zudáñez
En la unidad educativa de Mayu Torcoco se celebraron los primeros encuentros intergeneracionales sobre bioindicadores climáticos con el objetivo de fortalecer la identidad cultural y el conocimiento ancestral en la gestión comunitaria del agua.
Como parte del programa de actividades del proyecto financiado por la Diputación de Córdoba, en coordinación con la Dirección Distrital de Educación del Municipio de Zudáñez, la directora de núcleo y los docentes encargados, se desarrollaron espacios de diálogo con 14 estudiantes (7 niños y 7 niñas) y 5 padres de familia (3 mujeres y 2 hombres) de la unidad educativas de Mayu Torcoco, del municipio de Zudáñez, donde compartieron experiencias, conocimientos y aprendizajes con personas adultas mayores de su comunidad.
Los estudiantes participaron activamente en actividades como dibujos de bioindicadores y exposiciones orales, en tanto las personas mayores contaron relatos y experiencias sobre cómo antes se predecía el clima y se tomaban decisiones para proteger los cultivos y fuentes de agua. A través de dinámicas, se promovió el reconocimiento y valoración de los conocimientos tradicionales y su vinculación con los actuales desafíos del cambio climático.
Como ejemplo de los bioindicadores naturales identificados, destacamos tres. Las hormigas: cuando las hormigas aladas aparecen volando por los cultivos en grupo, significa que se avecinan heladas. Cusi Cusi (araña): si durante la preparación del terreno se observa que el Cusi Cusi, carga una bolsa llena de huevos en la espalda y la parte superior es de aspecto azulado, significa que será un año de buena producción, pero si no tiene muchos huevos o carga una bolsa vacía será un año de poca producción. Las piedras: El día de San Juan, observando las piedras en la mañana se puede predecir levantando la piedra y si en la parte inferior existe escarcha se pronostican granizadas y heladas; si la piedra está mojada significa que lloverá y será un año con lluvias regulares, si la piedra está seca se pronostica que el año tendrá sequía.
Jhenny Avendaño, de la unidad de Mayu Torcoco, compartió su valoración sobre estos encuentros “Yo no sabía que los animales y las plantas podían avisarnos sobre el clima. En el taller aprendí que cuando el zorro llora cerca del pueblo, puede venir lluvia o helada. También nos contaron que, si ciertas flores salen antes de tiempo, es señal de que cambiará el clima. Me gustó mucho escuchar a los abuelos porque ellos saben leer la naturaleza. Ahora entiendo que esos signos nos ayudan a cuidar nuestros cultivos y prepararnos mejor”.
El espacio propició el reconocimiento y la valoración del saber ancestral, así como el fortalecimiento del respeto intergeneracional, así mismo, se reflexionó sobre los cambios actuales en el clima y la importancia de recuperar y adaptar estos conocimientos al contexto actual.