Este proyecto comenzó en el curso escolar 2007/08 y se implementó hasta el curso 2014/15, dirigido a alumnado de educación secundaria que por problemas de convivencia eran sancionados con la expulsión temporal de los centros educativos. Se ha trabajado de manera coordinada con estas instituciones para atender a los menores durante el tiempo de sanción.
Las necesidades de los alumnos y de los centros han ido variando a lo largo de los años, al igual que nuestra línea de trabajo en este ámbito. La finalidad de la intervención era ofrecer a estos alumnos un espacio para la reflexión, analizando sus capacidades, conociendo sus expectativas, detectando dificultades, construyendo un plan de futuro en el que se sientan a gusto y puedan desarrollar sus potencialidades, a la vez que se ofrecía a madres y padres pautas para mejorar la comunicación con sus hijos y para educar siguiendo un estilo democrático.
Somos conscientes de que no se trata de la mejor alternativa para estos alumnos, que por diversos motivos fracasan en los estudios, no encajan en el sistema reglado, ni encuentran su sitio en las escuelas. A pesar de ello se ha ofrecido un respiro para las familias que no sabían qué hacer cuando sus hijos debían pasar unos días sin ir al centro escolar, a la vez que proporcionábamos a los menores procesos de análisis sobre su plan de vida, sus proyectos y expectativas de futuro y se trabajaba la autoestima, habilidades sociales, y resolución de conflictos.
Es responsabilidad de todos los miembros de la comunidad educativa, padres y madres, alumnado, profesorado, clase política, analizar las causas, detectar los problemas, déficit y necesidades así como proponer alternativas eficaces.