Las consecuencias generadas por la Covid-19, vinculadas a los efectos del conflicto bélico propiciado por la invasión rusa a Ucrania, la crisis económica por el alza de los combustibles, la baja de las importaciones de alimentos e insumos para la agricultura, la corrupción generalizada que se percibe en el país y el desgobierno, a lo que se añade los efectos del cambio climático en sus diversas manifestaciones, son elementos que contribuyen a la crisis alimentaria que se vive en el país y que afecta a la población de escasos ingresos económicos de las zonas periurbanas, dedicadas en su mayor parte al comercio ambulatorio u otras actividades que funcionan de manera informal. En el Perú, el 76% de la PEA ocupada se encuentra en situación de informalidad.

En el proceso de trabajo con los sectores populares de la ciudad de Cusco, se ha identificado junto a la población una serie de problemas en los ámbitos social, económico y ambiental, entre ellos particularmente la inseguridad alimentaria debido a la precariedad en los ingresos económicos, el desempleo o sub empleo, la deficiente focalización de la población vulnerable, etc., que afecta a hogares donde al menos un miembro presenta déficit calórico, repercutiendo en el estado nutricional de la niñez que a la larga sufre los efectos irreversibles en su desarrollo físico y cognitivo. Cusco es una de las 9 regiones del país donde la tasa de anemia de la niñez entre los 6 y 35 meses de edad supera el 50%, con una tendencia al incremento (ENDES, 2021).

En el proceso de diseño del proyecto, posterior al desarrollo de talleres con grupos focales, talleres, etc., se identificó como problema principal el inadecuado e insuficiente acceso y disponibilidad de alimentos por parte de las familias en situación de abandono familiar por el desempleo generalizado, la crisis económica y otros factores de tipo estructural, que contribuyen a la prevalencia de la anemia, la desnutrición crónica y a procesos de desestructuración de los hogares con graves consecuencias para la infancia y la juventud, que recurre preocupantemente a la delincuencia, la prostitución o el alcoholismo.

La multicausalidad del problema señalado se resume en tres causas fundamentales: i) la limitada disponibilidad y acceso a alimentos sanos y saludables, ii) el desconocimiento de las necesidades nutricionales y los inadecuados hábitos de higiene y limpieza, iii) las deficientes capacidades en la gestión organizacional, en la articulación interinstitucional y la incidencia para el ejercicio de los derechos humanos para apuntalar propuestas consensuadas para enfrentar la crisis alimentaria.

Estas causas fundamentales, a su vez, tienen otras causales de segundo orden sobre las que el proyecto pretende actuar, como la disposición de huertos y la crianza de animales menores sin asistencia técnica con bajos niveles de producción, el limitado acceso a programas sociales alimentarios, las limitadas capacidades en la preparación de alimentos saludables y la complementación en el consumo de hierro, los inadecuados hábitos de higiene, hábitos alimentarios y de manipulación de alimentos, las escasas capacidades de gestión organizacional y para la incidencia en el respeto al ejercicio del derecho a la alimentación, entre otras.

En este contexto, desde el proyecto se prevé incidir el trabajo con 50 familias piloto y 5 organizaciones sociales cuya finalidad es propiciar estrategias orientadas a garantizar la seguridad alimentaria, con énfasis en familias en situación de abandono familiar producto de la COVID-19 en los barrios populares de Cusco. El proyecto cuenta con tres componentes o resultados.

En primer lugar, se persigue ampliar y mejorar el acceso y disponibilidad de alimentos en 50 familias mediante el acceso a las ayudas del Estado y la producción agropecuaria en las viviendas y espacios comunes de 5 organizaciones de mujeres en barrios populares de Cusco, Poroy y Santiago. Para este fin se implementarán una amplia batería de actividades: que van desde el desarrollo de las capacidades técnicas en la producción de alimentos en las viviendas (agricultura urbana), dirigida principalmente a mujeres, pasando por la asistencia técnica en la producción de alimentos en los espacios libres de las viviendas y el acceso a los programas sociales de apoyo alimentario, y acabando con el acompañamiento, junto al funcionariado municipal, en la identificación participativa de iniciativas o emprendimientos económicas que posibiliten su financiación y apoyo técnico desde las municipalidades.

Con un segundo componente se pretende ampliar los conocimientos y manejo sobre necesidades nutricionales, cambios en los hábitos de higiene y manipulación de alimentos en 50 familias vulnerables y las réplicas en 8 ferias de la alimentación saludable en barrios populares para enfrentar la crisis alimentaria. Para su consecución se implementarás dos actuaciones principales: el desarrollo de sesiones demostrativas de aprendizaje en la preparación de alimentos nutritivos y saludables en base a los productos locales y la celebración de 8 ferias itinerantes en barrios populares donde se sensibilice y concientice a la población sobre la alimentación saludable, las buenas prácticas en los hábitos alimentarios y los hábitos de higiene y manipulación de alimentos

Finalmente, el proyecto fortalecerá las capacidades de las dirigencias barriales en la gestión organizacional y el manejo de estrategias para la incidencia social en el ejercicio de los derechos fundamentales, como el derecho a la alimentación saludable, propiciando la articulación entre las organizaciones e instituciones del sector para dar respuestas consensuadas frente a la crisis alimentaria. La actividades previstas pasan por realizar talleres de formación en roles y funciones dirigenciales de manera que se aporte al fortalecimiento organizacional, en un contexto de crisis institucional en el que vive el país, y, por otra parte, la formación y las acciones de incidencia social y política para reivindicar el respeto en el ejercicio del derecho humano a una alimentación sana y saludable, en la que el Estado deba asumir el rol de ser el principal garante de su cumplimiento y promotor del ejercicio.

El proyecto se desarrollará en los barrios populares de los distritos de Cusco, Poroy y Santiago de Cusco, con el concurso de sus municipalidades, la Universidad Nacional San Antonio Abad de Cusco y el Centro Guaman Poma de Ayala, beneficiando a un total de 1.097 personas, integrantes de las 50 familias destinatarias, miembros de las 5 organizaciones sociales integradas sobre todo por mujeres, funcionariado público de las municipalidades y el sector Salud y el voluntariado juvenil de la universidad.