Como en tantos otros puntos del planeta, también en Bolivia se declaró el estado de emergencia sanitaria para evitar la propagación del Covid-19. Este escenario de confinamiento y aislamiento social desde marzo de 2020 ha condicionado significativamente la metodología y programación de las actividades pero no ha impedido la consecución de los objetivos y resultados perseguidos.

La buena organización local y la participación de familias de las 5 comunidades de intervención ha permitido contar con resultados importantes en la implementación de parcelas de cebolla, zanahoria y orégano, además de frutales de durazno y manzana. La producción de cebolla y zanahoria, se ha dividido en dos periodos agrícolas, verano e invierno, con objeto de que la cosecha sea escalonada para abastecer al mercado local y regional. Por primera, vez un buen número de familias diversificaron su producción, mejorando sus ingresos y su alimentación.

En las comunidades de acción del proyecto se han implementado: 8,25 hectáreas de cebolla con 33 familias, logrando un volumen de producción de 53.930,25 kilogramos y un incremento de los rendimientos de un 42%; 7 hectáreas de zanahoria con 28 familias, logrando un volumen de producción de 66.500 kilogramos y un incremento de los rendimientos del 37%; 5,25 hectáreas de orégano con la participación de 21 familias, logrando alcanzar un volumen de producción de 5.250 kilogramos y un incremento de los rendimientos en un 25%; y 48 huertos de melocotón y manzana, en un total de 12 hectáreas, implementadas por 33 hombres y 15 mujeres en las comunidades de dos comunidades campesinas. En promedio, de las variedades de cebolla, zanahoria y orégano, un 80% de la producción fue destinada al mercado para su venta y un 20% para el consumo familiar.

Durante el primer trimestre, se implementaron parcelas demostrativas de cebolla, zanahoria y orégano, que fueron utilizadas como Escuelas de Campo (ECA) para realizar capacitaciones a productores emprendedores (previo a la pandemia), en diferentes temáticas del ciclo productivo. También, en tres unidades educativas, se implementaron huertos escolares para diversificar la producción; al finalizar, los productos cosechados fueron distribuidos entre todos los participantes de la actividad. Las asistencias técnicas y de capacitación (individual y grupal), fueron actividades importantes en los procesos de producción; se han desarrollado de manera teórica y práctica en sus propias parcelas, abordando diversivas temáticas en función a las necesidades identificadas.

Como parte de la transferencia de conocimientos y desarrollo de capacidades, se elaboraron materiales diversos, como guías sobre producción de hortalizas (cebolla y zanahoria), de orégano, de melocotón y manzanos. Con la participación activa de personas productoras líderes de cinco comunidades, se ha realizado la visita a zonas potenciales en producción de hortalizas y frutas en la ciudad de Cochabamba, como a parcelas de productores destacados en el mismo municipio.

Con el fin de optimizar el uso de agua de riego en plantaciones frutales y hortalizas como medida de adaptación al cambio climático, se han instalado 30 sistemas de riego por aspersión en cultivos de cebolla, zanahoria y orégano, y 48 sistemas de riego por goteo, en durazno y manzana, de manera coordinada con el Gobierno Autónomo Municipal de Tomina. Además de haber desarrollado capacidades y conocimientos en operación y mantenimiento de los sistemas, se han elaborado materiales informativos y de capacitación en gestión del agua, riego tecnificado, operación y mantenimiento. También destacar que 130 familias de las cinco comunidades disponen de información y capacidades en manejo, mantenimiento y operación de los sistemas de riego. Como parte de estos procesos, se realizaron pasantías con productores para conocer la experiencia e intercambiar conocimientos en riego tecnificado, actividad desarrollada en la ciudad de Cochabamba – Bolivia, además de visitas a sistemas implementados en el mismo territorio.

Un tercer componente del proyecto buscaba fortalecer el posicionamiento económico de las familias, con protagonismo de las mujeres, en los procesos de comercialización de frutas y hortalizas. Para este propósito se ha encarado de manera coordinada con los actores locales, la elaboración y validación la propuesta de “Ley Municipal de Apoyo y Promoción Productiva para Mujeres y Jóvenes Emprendedores”, propuesta que se encuentra en el Concejo Municipal, para su revisión y aprobación.

De manera coordinada con el Gobierno Municipal, se realizaron encuentros con mujeres y jóvenes líderes sobre liderazgo, participación social y política, igualdad de género, derechos y deberes de las mujeres; eventos que permitieron generar propuestas e ideas para posteriormente elaborar una propuesta en favor de los derechos económicos de las mujeres y los jóvenes.

Por otro lado, a pesar de la presencia del COVID 19 se canalizaron mercados para facilitar la venta de hortalizas, estableciendo contactos dentro del mismo municipio y municipios aledaños, en coordinación con el Comité de Operaciones de Emergencia Municipal (COEM). A este respecto se ha logrado establecer tres espacios de comercialización y ferias comerciales donde 61 productores, 30 de ellas mujeres, lograron comercializar sus productos en aproximadamente un 30% del total.

Para la comercialización del orégano, de manera coordinada con el Gobierno Municipal y productores, se gestionó la compra y venta con la Unidad de Negocios de Especies y Condimentos (UNEC), con la participación de 21 productores, 4 mujeres cabezas de hogar.

En el periodo del post confinamiento en el municipio de Tomina, se desarrollaron ferias semanales, donde han participado productoras apoyados por el proyecto, guardando en todo momento las medidas de bioseguridad. 
Los bajos niveles de producción existentes en el municipio de Tomina, en el departamento boliviano de Chuquisaca, son causa de los bajos ingresos de la población y de la existencia de altas tasas de desnutrición infantil. Además fomenta la migración a las ciudades en épocas no productivas para la búsqueda de empleo, normalmente en condiciones muy precarias y con alta dosis de informalidad, generando un estado de inseguridad alimentaria y potencial desnutrición.

Las causas para la baja producción están en varios factores, sin embargo, los de mayor importancia tienen que ver con el acceso del agua para riego y las tecnologías de producción. Otro problema existente es el referido a la comercialización de la producción agrícola excedentaria, presentando bajos precios al productor y sistemas de comercialización que aprovechan la individualidad del productor y sus bajos volúmenes de producción generando condiciones desfavorables, sobre todo en los precios y las condiciones de negociación.

Con este proyecto se persigue mejorar las condiciones de vida en 5 comunidades indígenas campesinas a través del incremento de la base alimentaria y la comercialización de productos agrícolas y frutícolas mediante un desarrollo productivo sostenible y diversificado. Asimismo se fortalecerá el rol activo de la mujer en la agricultura familiar y la formación de jóvenes para la mejora de la agricultura local. Para la consecución de este propósito se plantean como ejes de la intervención el apoyo a la producción de hortalizas y frutales con 130 familias, la implementación de riego tecnificado en parcelas de hortalizas y frutales y el apoyo a los procesos de comercialización de esta producción.

Para mejorar los niveles de producción se trabajará con cultivos rentables y estratégicos como las hortalizas y los frutales, aprovechando la existencia de agua por obras construidas en proyectos previos. Se tecnificará y optimizará el uso del agua para riego y se complementará la intervención con la inserción de la producción en procesos de comercialización.

En intervenciones anteriores ejecutados por la ONG Promotores Agropecuarios, contraparte local de la FSU para este proyecto, se ha demostrado que la mejora de la producción tiene como consecuencia la fijación de la población en el territorio, incluso la vuelta a las comunidades de personas que estaban viviendo en condiciones poco adecuadas en la ciudad.

La ejecución de este proyecto supone para la FSU la primera experiencia de cooperación con la ONG Promotores Agropecuarios (Proagro) así como la primera incursión en el territorio andino del departamento de Chuquisaca.

Actualmente, Proagro tiene presencia en 10 municipios del departamento de Chuquisaca, ubicado en el sur de Bolivia. Su población es de origen quechua y está dedicada principalmente a la producción agrícola. Según el censo 2012, la población de bajos recursos en el municipio de Tomina asciende al 85,87% por necesidades básicas insatisfechas, siendo la Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria (VAM) del municipio de Tomina de 4 en una escala de 5, confiriendo a la población del municipio un alto grado de vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria.