Con la mejora de las condiciones de habitabilidad de sus viviendas y la mejora de la infraestructura productiva testimoniadas por la población beneficiaria, se materializó el ejercicio del derecho humano de acceso a una vivienda digna y una alimentación saludable para familias cuya vulnerabilidad, reconocida y avalada por su comunidad, posibilitó su atención con fondos de cooperación internacional, en el marco de un proceso participativo que contribuyó al cierre de brechas existentes que la actual pandemia por COVID-19 ha incrementado. Cabe señalar que la pandemia sensibilizó al funcionariado y a la población comunal sobre la importancia de mejorar sus condiciones de habitabilidad, siendo ahora una prioridad

El inicio de la pandemia replanteó las estrategias de ejecución del proyecto requiriéndose un mayor compromiso de participación por parte de la población beneficiaria para cumplir con el desarrollo de las actividades en plazos más reducidos, habida cuenta del confinamiento y suspensión de actividades por más de 100 días y las restricciones en cuanto a la movilidad, la prohibición de las reuniones masivas y el cumplimiento de protocolos para evitar los contagios, que influyeron en el normal desarrollo de las actividades previstas.

De manera general las actividades se cumplieron con creces, siendo algunos condicionantes de la pandemia que ampliaron la cantidad de población beneficiaria, así como el uso eficiente de los recursos.

En cuanto al Resultado 1, que buscó disminuir las inequidades en las relaciones de género en los hogares de las comunidades indígenas, las actividades previstas se cumplieron en un 100% y con creces, contribuyéndose efectivamente a disminuir las inequidades en las relaciones de género. En el seno familiar, luego de su capacitación, las familias monitoreas (30 de las 40 monitoreadas) cumplieron con los 3 compromisos asumidos para incorporar la equidad de género, y los hombres monitoreados (18 de 40) incrementaron mínimamente 2 horas en las labores domésticas liberando tiempo de las esposas para otras actividades principalmente las productivas. Funcionariado y personal técnico del sector público y privado (41 mujeres y 11 hombres) accedieron a un Programa de Especialización en Género, muy bien valorado por su pertinencia, alto nivel y certificación universitaria. A nivel de la ciudadanía, las 10 conclusiones del conversatorio virtual “Repensar los cuidados: Política, economía y afectos” se publicaron en medios escritos locales y nacionales de mayor audiencia llegando aproximadamente a 9000 pobladores, que accedieron a la información que fue puesta a disposición de las instancias municipales y del sector salud con el compromiso de su uso para la reflexión con su población objetivo.

En cuanto al Resultado 2, enfocado a mejorar las condiciones de habitabilidad y salubridad en las viviendas, la pertinencia de las actividades desarrolladas tuvo un impacto muy positivo en las comunidades intervenidas, pues atendieron las necesidades de la población más vulnerable y fueron muy pertinentes en el actual contexto de pandemia por COVID-19. 58 familias se beneficiaron con alguna mejora en sus viviendas; 18 familias accedieron a la mejora de su cocina que ahora está equipada con un fogón mejorado, mesa de trabajo con punto de agua, claraboya y piso encementado; 18 familias cuentan con dormitorios acondicionados para soportar las bajas temperaturas y 22 familias cuentan con un servicio higiénico nuevo con calentador solar estando previsto inicialmente solo 18 servicios higiénicos, que gracias a la optimización de los recursos existentes permitieron la inclusión de 4 familias más.

Además de estas familias, otras 54 que asistieron a las capacitaciones, recibieron asesoría personalizada en los procesos de mejora de sus viviendas y otras 40 familias, procedentes de actuaciones implementadas desde este proyecto e intervenciones de anteriores, fueron monitoreadas logrando mejorar sus hábitos de higiene, siendo estas dos estrategias las que ampliaron los beneficios del proyecto alcanzando a beneficiar de manera directa a un total de 134 familias que mejoraron objetivamente sus condiciones de habitabilidad a partir de lo cual se inició un proceso de cambio de hábitos acompañado por el proyecto.

El Resultado 3, que propuso mejorar las condiciones de acceso y disponibilidad de alimentos, logró que en las comunidades de Huarcay y Patabamba, por primera vez, la población accediera a invernaderos, generando en la comunidad de Patabamba alta demanda y en respuesta la concreción de un proyecto en proceso de ejecución que pretende apoyar a 25 familias en la construcción de invernaderos y, en el caso de la Comunidad de Huarcay, 3 familias de la comunidad, a mas de 3800 msnm, iniciarán en breve la construcción de sus propios invernaderos con sus propios recursos.

El proyecto consiguió que 12 invernaderos de 60 m2 con sistema de riego tecnificado y 6 galpones adecuadamente equipados sean gestionados por mujeres (89%), e incrementen su producción y, sobre todo su productividad, en más del 54%, generando ingresos adicionales anuales a las familias en el orden de 700 a 800 soles, producto de la venta de los excedentes, brindando a las familias acceso a hortalizas y carne de cuy para procurar el acceso a una alimentación balanceada.

Además de monitorear las infraestructuras construidas, el proyecto hizo seguimiento a 22 infraestructuras ya existentes de proyectos anteriores, que accedieron, al igual de las familias con nueva infraestructura, al asesoramiento y acompañamiento. Al final, se logró en un total de 40 infraestructuras monitoreadas mejoras y excedentes de producción y la mejora en el uso de tecnologías agropecuarias ancestrales recuperadas y practicas innovadoras, siendo uno de los aspectos recurrentes el incremento en el uso de abonos orgánicos, más aún ahora que la crisis mundial por el conflicto bélico incrementó el precio de la gasolina y, consecuentemente, el de abonos.

Finalmente, en cuanto al Resultado 4, que buscaba ampliar la participación de mujeres y hombres en acciones de incidencia en políticas públicas en vivienda rural y alimentación saludable, las actividades cumplidas en un 100% contribuyeron directamente en el logro del resultado.

Desde las Escuelas de Lideres y Lideresas que capacitaron a 129 personas (40% población joven), se elaboraron 17 iniciativas sustentadas en las asambleas comunales, las JASS y las IAL (14 lideresas), así como en los presupuestos participativos (5 lideresas), donde se aprobaron 2 de las iniciativas que cuentan con presupuesto para su ejecución. Las capacitaciones a líderes y lideresas incrementaron la participación de mujeres que asumieron con suficiencia el rol de representación comunal siendo acompañadas en la actualización de 11 instrumentos de gestión, en los que se promueven la participación igualitaria de mujeres y hombres en los procesos de desarrollo comunal y la promoción de la vivienda digna y la alimentación saludable.

Por último, casi 10.000 personas reflexionaron sobre la importancia de la mejora de habitabilidad de las viviendas rurales y la mejora del acceso a la alimentación saludable a través del uso de la página web, el Facebook institucional, la plataforma Zoom y los diarios locales que pusieron a disposición información de los foros desarrollados, testimonios de la población beneficiaria, material fotográfico y otros para la incidencia en políticas públicas en vivienda rural y alimentación saludable.